domingo, 23 de diciembre de 2012


Si me amaras como yo
(borrador)
Isadora Montelongo
 
─ Bueno
─ … (silencio)…No sé cómo empezar… pero hoy te recordé…
La música de los Cardenales del Nuevo León delató mi estado de ánimo. Lucía tenía tiempo que no escuchaba mi voz por teléfono. No pensé en el detector de llamadas o alguna que otra de esas jaladas que a veces se sacan porque la cosa está que arde. Yo sólo quería escuchar su voz.
─ ¿Quién habla?
Un maldito pendejo que se atreve a levantar la bocina del teléfono desde hace un mes sin poder lograrlo, y ahora que junta las fuerzas, marca y cree que aún la mujer a quien más ha amado,  lo reconocerá con sólo ponerle el aliento con la cerveza tibia en la boca del miedo y deseo que siente en el corazón por querer ser el más valiente de todos los hombres.
─ Yo
─ ¿Quién es yo?
─ El que siempre te ha amado.
Lucía calló en el auricular. Los Cadernales de Nuevo León se deslizaron con un antiguo dolor de amor que aqueja en las noches entre botellas de cerveza y cigarros Malboro rojo a los muchachos tristes que sólo tienen un loco sentimiento que no entienden.
─ El que siempre ha querido susurrarte al oído que te ama.
El silencio de la recámara de Lucía seguía intacto, debajo de su pijama se escuchaba su corazón latiendo a prisa. La oscuridad se agotaba solamente en el aparato telefónico sobre la mesita de la lámpara.
─ Son las 3 de la mañana…
A esa hora el cuerpo de Lucía se ve mejor entre las sombras y la luz de los ojos. Sus pechos crecen entre los dedos cuando se afilan ante las caricias.
─A esta hora es como te recuerdo.
─ … A ver… sigue hablando…
─ ¿Apoco todavía no sabes quién soy?
─ Sí, sigue hablando. Sino cuelgo…
─ No cuelgues, belleza.
Tomé un trago para sacudir aquella voz aterciopelada de amor. Ella estaba a punto de decir mi nombre, de decirme que me recuerda entre nubes dentro de su corazón.
─ Todo lo que hago me recuerda a tu nombre, todo lo que pienso me recuerda a ti, no he dejado de amarte y si me amaras como yo, sabrías de lo que te estoy hablando. Lucía ¿aún me amas como yo a ti?
Al fin después de unos tragos, cigarrillos, y hacerse el fuerte en contra del miedo, estaba ahí, hablando con la voz más enamorada que nunca a la mujer más hermosa que había estado entre mis brazos, a la belleza que jamás había olvidado, a la que me había llamado el hombre de su vida, a la que quería hacer mi señora y me acompañara a todos los bailes, a la que yo mismo había dejado ir hace tiempo atrás por una discusión insignificante. A la que ofendí, confundiendo en un baile a su primo con el que la injurié poniéndome el cuerno.
─ ¿Lucía!? Al chile cómo friegan con mi hermana. Ella ya se casó hace como  seis meses. ¿Quién habla? ¿Rodolfo?
─ No
Un mal comenzó en el estómago y la música se me revolvió en el corazón. La música que habíamos bailado en mi habitación donde habíamos hecho el amor.
─ ¿Pepé?
Ella me había dicho que era su primera vez, que si temblaba era por el frío, cuando yo presentía que era por entregárseme con todo el temor del primer amor. Ella, la única en mi corazón.
─ ¿Adrián? Pues el que seas, mi pinche hermana se me adelantó y ya se casó.
¿Con cuántos había estado? ¿A cuántos les dio su amor? ¿A cuántos hizo tocar el cielo?
─  Y si ella te dijo que eras el único, pues te mintió, ahora te pido que ya no estén llamando a estas horas…
La hermana de Lucía me colgó y yo sólo dejé el teléfono en mi oreja, escuchándolo como una terrible desilusión. Las botellas de cerveza se acumularon, la cajetilla de cigarros rojos de Malboro se agotaron cuando sólo escuché a los Cardenales de Nuevo León, canción tras canción hasta que amaneció. Si tan sólo Lucía me hubiera amado como yo; sería ella la que me estuviera llamando por teléfono hoy.
1. Tal vez el mundo no se acabó, pero para mí terminaron muchas cosas, aquí el recuento 2012:

* Tristezas: muchas, perdí la cuenta. En enero y febrero fallecieron dos tíos, en verano una amiga, que aún no era cercana, pero que era un ángel, también falleció un primo en segundo grado que era una gran persona :(
También perdí a mis dos mejores amigos, por x o y. A uno no supe en qué le fallé, al otro supe que tenía que alejarme, le provoco sólo cosas malas, y me cansé de que me agreda y agredirle.

A veces me pregunto si lo que ya está escrito va a dolerme más.

*Alegrías: Muchas: Publicada mi primera novela.

*Enamoramientos: 2

*Novios: 0

Cuentos: perdí la cuenta.

Novelas: iniciando una

Trabajos: 1 (medio tiempo)

Estudios: 1

Cierre de redes sociales: 2

Alcohol: No mucho

Acostones: 3 (si no hay amor, el asunto se pone flojo)

Corte de cabello: 1, creció como maleza.

Consultas al médico: 3, pero el último descubrió el hilo negro de mis males. Tengo alergia crónica y por eso tengo ojeras, además que si me preocupo y tensiono, me da neuralgia. Bu.

Lecturas: Canción de Tumba, Drácula, La guerra de los mundos, Las chicas sólo quieren plástico (dándome de topes con los horrores), Ley General de la Educación, hielo negro, y creo que sí me vi floja este año :S, leí cuentos sueltos y poemas sueltos.

Y un año más crezco como una persona insatisfecha. Tal vez por ello quiero otro año más. Quién sabe... igual el otro año soy completamente feliz.

:P

Feliz despedida del año 2012, bienvenido 2013



viernes, 21 de diciembre de 2012

1. Qué horrible es la guerra y más entre corazones que se quisieron.
2. Muchas veces el orgullo puede más que la intención pura del corazón.
3. No tengo decepción. Simplemente porque juzgar al externo, no tiene que ver con la incapacidad emocional que tengo para adecuar esta barrera emocional.
4. No puedo amar a un compañero. Teoría: porque hace mucho que no ejerzo mis amores, cariños y respetos a ningún hombre.
5. Amo sólo a lo que está más allá de mi entendimiento y a las cosas.
6. Un ciclo se cierra y un corazón se abre.
7. 2013 será lo mejor. :)

sábado, 8 de diciembre de 2012

1. ¿Se puede romper con el pasado?
2. Inevitablemente llega una etapa en la que la vida se crackea como una hojuela de maíz. A veces no hay leche para suavizar los rompimientos, pero... la vida sigue, con su pasado o sin él.
3. He vuelto a escribir. Me condeno a defender a la anécdota y la atmósfera como los principales elementos de la novela. No voy de la mano con aquella lección del lenguaje que versa de crear novelas de lenguaje, de dos discursos entre la prosa y la poesía.
4. No las niego, pero por qué olvidar aquellas características sencillas y naturales de las que echa mano una historia. Su anécdota vibrante y espectante; su atmósfera maravillosa u horriplilante. El lenguaje es bello, pero no está solo.

sábado, 1 de diciembre de 2012

1. Cuando lo que se impone, se impone, queda lo que ocultamos para que no impongan sobre ello.
2. No me gusta que aparezca nuevamente en mi vida. ¿Qué el daño que hizo por tantos años no fue suficiente?

viernes, 16 de noviembre de 2012

1. Sigo con la novela y quebrando hielo.
2. ¡Sí se puede!
3. Es cuestión de tomar la navaja y seguir el contorno del cuello.

Duffy
(borrador)
Isadora Montelongo


Duffy rasca las piedras con los zapatos de tacón. El charol ha dejado de  reflejar lo que hay debajo de las medias y ella ha parado de llorar. Rubén la mira desde abajo. No tiene la cámara y se ha quedado con la pistola de petardos en la mano.
─ ¡La cima no es para todos! ¡Por favor, no tires el rollo de fotografía! ¡Duffy! ¡Y si lo haces, hazlo para el lado correcto!
La última lágrima se estrella en el maquillaje de los ojos y ella se ha dado cuenta en el lugar  en el que se encuentra.
─ La cima no es para todos, pero los precipicios tampoco, ─termina por susurrar lo que no puede gritarle a Rubén.
Duffy hace memoria y sabe que en algún momento entre el auto y la carretera trepó hasta lo alto de la cima del volcán y lleva ahí parada más de 30 minutos en un estado de impotencia con la resequedad que han dejado las lágrimas en su rostro.
Nadie del pueblo los ha ido a buscar. El sol está a punto de caerse detrás del volcán y partirse en el suelo.
Duffy tiembla ante la repentina idea de arrojarse al  vacío y oscuro ojo del volcán y terminar lo que ha empezado.
Las piernas le tiemblan como si tuviera lava corriendo a lo largo de sus muslos como un montón de cuerdas.
─ ¡Vamos! ¡Baja! ¡No seas tonta!
Duffy mira hacia abajo, tiene el hoyo enorme del volcán apagado ante sus zapatos de charol y a 10 metros la cara de Rubén apretada por el sol.
Rubén tuvo que parar cuando Duffy despertó. Ella se puso los brazos alrededor de los pechos y se percató de todo lo que él hizo con ella.
─ ¡Vamos, Duffy! ¿Sabes bien que nadie se  tragará lo que digas? Tú has venido por tu propio pie para hacerte la modelo más famosa del pueblo.
El sol tira de la cabeza de Duffy y siente cómo se van quedando las piernas sin fuerza, sin voluntad ante cualquiera que las quiera.
─ Quiero ir a la cima, ─ella recuerda que le dijo a Rubén, cuando la conoció a la salida del café del pueblo.
Él le dijo “lo que tú quieras, con esa cara podrás llegar a la cima” “incluso a Hollywood” y ella creyó todo con tan solo los primeros intentos de las frases menos hechas.
Duffy rasca las piedras con sus zapatos de charol y mira fijamente hacia abajo, el largo de las piernas estremecen la carne firme que Rubén fotografió a lo largo de la carretera.
─ Eres el rostro que buscaba, te lo aseguro, Duffy, eres la mejor. No hay dos mujeres como tú.
Ella en el auto, de inmediato se puso la blusa, las mallas y la falda, cuando un estrecho discurso salió de la boca de Rubén, diciéndole que ya no le promete ni fama ni nada.
─ No finjas, eres una de lo peor, de esas que sobran... ¡Nunca llegarás a ningún lado!
Duffy salió corriendo, corrió y corrió, con la fuerza de todas sus piernas hasta que un petardo la alcanzó.
Algunas chicas alcanzan la fama entregando su cuerpo, otras alcanzan el suelo, soportando la suela de los hombres que tienen la fama.
La cima de un volcán cercano al pueblo,  es todo lo que la salvó.
Duffy ahí, miró dentro del volcán, apagado, como un gran hoyo, sin poder arrojar ni una sola llamarada. Así como un hoyo, se sentía ella.
El sol se estrelló.
─ ¡Tal vez no pueda llegar a la cima, ni a Hollywood, pero jamás me apagaré como un volcán dentro de una fotografía!
Duffy alzó sus zapatos de charol,  y golpeó una gran piedra que cayó justo en la cabeza de Rubén.
Cuando Rubén despertó, Duffy ya había hecho justo lo que él hizo con ella.
─Sonríe, Rubén, esto es sólo una sesión de fotos. Recuerda que no hay pudor para obtener la fama. Dame tu mejor llamarada de volcán. ¡Justo en la cima, nene!
Click.



1. ¿Y si me hubiera llamado Osadora?
2. :D

domingo, 11 de noviembre de 2012

1. Cada vez que me peleo con la vida, me tumbo y lloro, lloro, lloro, lloro hasta dormir o quebrarme.
2. Hoy desaparecí, por ejemplo.
1. No sé cuántas veces vuelva a comenzar. Tal vez, las necesarias y las que menos me pregunte.
2. Prometí no subir borradores, pero es algo que no cumplo, porque hasta yo soy un borrador.
3. La escritura, vuelvo a ella, con paso torpe y lento, viendo que no he crecido, pero cuando lo haga, seguro que no me daré cuenta de ello.
4. Un abrazo a todos y una disculpa por mantener estas letras en stnby.
5. A echarle ganas y volver, volver, volver, sin bloqueos otra vez :D

De lo que las chicas hacen
Músculo
(borrador)
Isadora Montelongo

Cinco bicicletas y una mujer
Corina puso la toalla sobre el mango de la bicicleta, respiró profundo, hinchando su torso de resignación. Subió al asiento y acomodó su trasero como una noche antes en la cama de su habitación. Marcos no estaba ahí con la pelvis acolchonada e inmóvil como en el asiento de la bicicleta, no le pedía pedalear para avanzar. Él sólo se recuesta y deja que Corina haga de todo, de manera lenta y luego rápida, con dulzura y desasosiego, y al final él solamente respira y deja salir todo lo que tiene dentro del vientre depositando el contenido blanco y caliente dentro de su entrepierna. Corina siempre quiere imaginarse que está sobre la bicicleta y pedalear rápido sobre el vientre de Marcos para que termine y ella pueda bajar de su cuerpo cada noche, cuando se trepa sobre él.
El asiento de la bicicleta le queda un poco incómodo, lo mueve de una lado hacia otro hasta que puede sentarse cómodamente. Pedalea, quiere salir del empotrado y lanzarse desde el segundo piso del gimnasio hasta el estacionamiento, correr a toda la velocidad la bicicleta y dejar escapar algunas lágrimas con el roce del viento en su cara. Marcos quedará lejos entre más pedaleé y su vulva golpeará el asiento una y otra vez, sintiendo que la cubierta negra de plástico le acaricia mejor que cuando Marcos lo hace. Corina ya no quiere treparse sobre Marcos y dejar que los músculos de su corazón dejen de agitarse. Corina sólo quiere subir sobre la bicicleta del gimnasio endurecer sus piernas para andar más aprisa sobre la bicicleta y fortalecer los músculos de su corazón, cada que ella se imagina que es libre en los momentos que va al gym y pedalea sin sentir la presencia de Marcos.

jueves, 8 de noviembre de 2012

1. Si el corazón es lo último que envejece, no hay que preocuparse porque el mundo vuele y se caiga a pedazos.
2. Tengo presente a alguien. No sé si me enamoré o lo quiero, pero sé decir, que hace mucho no me pasaba besar a alguien con el corazón.
3. No suelo besar a la gente, al menos no cuando no les quiero. Y debo decir que tengo 3 semanas saliendo con una sola persona a quien no he besado y de repente llega él y todo son (aunque suene choteado) rosas en los labios o nieve (me gusta la nieve) y huele rico.
4. Soy de las mujeres más tontas del mundo. Pero de las que menos guarda rencor.
5. Eso sabe por qué pasan las cosas.
6. El deseo se mesura con la realidad: él no me quiere, porque tiene ya a una mujer en su vida.



martes, 23 de octubre de 2012

1. La posibilidad de huir fuera del país está latente. Aquí la felicidad se oculta: Problemas económicos, gente basura, estrés y cansancio físico.
2. Cuando uno tiene un defecto, debe aprender a utilizarlo hasta hacerlo un don.
3. Nunca te compliques con gente más complicada que tú.
4. Si un día el techo se cae sobre tus hombros, aprovecha el boquete y mira al cielo.
5. Empiezo a escribir nuevamente como un capítulo que no se cierra y aleja cualquier hoyo negro que tira con fuerza todas las entrañas.
6. ¡Ánimo! Y a teclearle.

Aquí una foto, después del privilegio que tuve de haber presentado a mi estimado maestro, hermano de letras, colega y amigo, Julián Herbert, y obviamente, a Leo Herbert :D en la FIL, Monterrey 2012.

Cuando aparecen seres con espíritu libre, encontramos sus obras espiritualmente vivas. El lenguaje entra, en este caso, para hacer un cambio desde adentro.

Felicidades a ellos, a quienes admiro.
Julián, Orfa, Jimmy, Arthur, Danielle Thomas, Toño, Memo. :D

viernes, 12 de octubre de 2012


Cielo e infierno
(borrador)
Por Isadora Montelongo




Gloria dice que la vida no cambia si te pones los audífonos y subes el volumen de la recopilación de Black Sabbath en el celular. Puede que la vida no cambie, pero al menos no escucho lo que tenga que decir.
Tengo tres años trabajando en el mismo lugar, he visto cada día al vigilante de la puerta sin aprenderme su nombre que cuelga enmicado en un gafete. Salgo sin percatarme de su mirada seca y cristalina. Tiene tres hijos en casa y sabe todo de los empleados que pasan apresurados por la puerta de entrada y salida. Pero él nunca sale, ni siquiera a la hora de comida.
Heaven and Hell se reproduce canción tras canción, Rita me ha citado a las afueras del metro fundadores para darme algo.
Me siento y los pies de la gente son lo único que miro. Todos apresurados como fauces de leones se comen los escalones. Yo sólo quiero penetrar en el ritmo que me rodea la cabeza y olvidar un poco el teclado y los clientes gritando desesperados por el auricular, por la estafa en las tarifas de la compañía para la que me parto diez horas al día.
─ ¿No me das la mano?, ─Rita se planta frente a mí, con sus convers que pueden flotar sobre el asfalto.
─ A la chica diablo, nunca sin algo entre las manos. ─Rápido apago Heaven and Hell y busco los billetes en el pantalón y saludo a Rita.
Ella abre el morral que trae colgando del hombro y mete la mano hasta que yo abro mi mochila. Deja caer lo que necesito, me agarra de los cabellos y acerca un beso a mis labios.
─ Nada más uno chiquito, para que Gloria no te la haga de pedo.
Rita se dio la media vuelta y voló como un ángel a toda prisa con un cigarrillo en mano y los más pequeños convers que he visto en una mujer.
Rita no es como Gloria, ella no tiene días, sino instantes. Yo soy más como Gloria, quien cree que un peldaño va unido a otro y luego se destruyen. Eso cansa, esperar un peldaño para autodestruirse. Yo tengo instantes, cuando subo el volumen del celular y mi cabeza vuela como los convers de Rita.
Camino dentro de la estación del metro, la hora pico ha pasado, yo salgo a comer solo, sin Gloria por un cambio de horarios y espero en un rincón, veo el tren pasar. La gente entra y sube, espera, y siente el fresco del mundo subterráneo, un aire que puede limpiarlo todo.
Dos canciones más y esto se acaba, Heaven and Hell camina lejos. Y yo meto la mano dentro de la mochila, saco un cigarrillo que me ha puesto Rita como si fuera un lonche para llevar, lo enciendo y fumo. Y Heaven and Hell sale de mis audífonos como si fuera un tren a toda velocidad.
El tiempo se detiene y no escucho a Gloria decir dentro de mi cabeza sobre las cuentas que tenemos qué pagar, sobre la renta y la falta de un automóvil. No escucho a Gloria decirme que si sigo así, importándome sólo los audífonos del celular en la cabeza y los albúmnes de Black Sabbath, llegaré a ser tan alto como el guardia de seguridad de la puerta. Yo fumo, escucho música y olvido que he pasado tres años en un infierno laboral, con el cielo llamado Gloria al que nunca puedo alcanzar.
Termino mi cigarrillo y voy con mis pies aprisa como dos fieras que devoran los escalones, el guardia de seguridad me detiene en la puerta y me pide que abra la mochila. Estoy solo ante la verdad, la última.
El guardia ve lo que traigo dentro, lo que le he comprado a Rita hace unos momentos. Sonríe, mete la mano y esconde el paquete hasta el fondo de la mochila.
─ Me llamo Juan, no me agradezcas, sólo espero un cigarrillo de vuelta, ─ mete luego la mano dentro de su pantalón, y me da un frasco para gotas en los ojos.
Yo sólo sé que cada vez que entre y salga del trabajo, hay alguien más que está dentro de este cielo e infierno como yo. Sin nombre, sujetando una vida diaria con la mirada seca y cristalina.



jueves, 20 de septiembre de 2012

1. Iniciar un ciclo nuevo en la vida es como madrearte al mundo. Es estar dándote un viaje sin pagar pasaje.
2. He dejado gente atrás, no me arrepiento, porque ellos me dejaron a mí sin contemplaciones, sólo con un golpe tras otro. Yo sólo sé, ayer que me cuestioné si estimaba a esos grandes amigos. Pude responder que se les aprecia como personas, pero no daría ´mi corazón por ellos. No los quiero en definitiva, porque no sembraron honestidad mientras fueron mis amigos. Y el amor dicen que es como las plantas, se cuida, se riega y se perdona. Luego, se deja ir.
3. Hoy estoy muy contenta. Sola, o más bien dicho, con la mejor gente: mi familia. Celebrando un éxito más que Dios pone en mi camino.
4. Gracias a todos los que me estiman y se toman el tiempo de pasar por aquí y sentir buena vibra por lo que pasa por esta frontera :D

domingo, 9 de septiembre de 2012

1. Hace un par de días leí a Clarice Lispector, una escritora nacida en algún diciembre como yo. Me sentí identificada. Escribía relatos, retazos de su vida en documentos hasta de un párrafo. Yo también escribo así, como si mi vida fueran escasas líneas: No tengo mucho.
2. Estoy viva y en muchos aprietos. Debo confesar que no he tenido cabeza para escribir, han sido como hechos que van encadenados unos a otros que me recuerdan que hay que tirar del esfuerzo y colgarse en la esperanza de que tal vez un día, escriba, y sólo eso, escriba.
3. Abrumar es un verbo frecuente en el insomnio.
4. Me he mantenido apática ante mi nueva novela, la trato como si ella fuera el muerto que debo desenterrar de la grava después de haber sido abandonada en algún terreno a las afueras de la ciudad. Hoy vine lejos, fuera de Monterrey para decidirme a sacarla de mi cabeza y pasarla a darle las manos, con todos los dedos que le tocarán la melodía de las teclas. (Esperanza-constancia)
5. Algo pasa. Y es Cecilia, mi nuevo personaje, ella está aquí: Libre.
6. Lispector dice: "...Sólo puedo escribir si estoy libre, y libre de censura, sino sucumbo."
7. Yo tengo miedo de hacerlo, de encontrarme y caer al fondo, pero sé, que no son mis personajes quienes tienen que salir de la grava, sino yo.
8. Deseenme suerte. Hoy empiezo novela y desentierro muertos.

domingo, 2 de septiembre de 2012


La guerra de los mundos y yo en el 2012
Isadora Montelongo

El hombre sólo tiene dos opciones: morir o sobrevivir.  Eso me dijeron cuando anunciaron el fin del mundo en el 2012. Tal vez, por eso me puse a leer “La guerra de los mundos” de H. G. Wells, que posee una narrativa que transporta a la perdida de la razón,  al hambre, al miedo, a la vulnerabilidad y a la insignificancia del ser humano ante la invasión marciana que va a su paso destruyendo Inglaterra, dejando tras de sí un color de muerte y sangre.  H. G. Wells inserta con sus descripciones al lector en el peregrinaje por sobrevivir de los ingleses, todo esto contado por dos voces: el protagonista  y su hermano. El autor se aferra a la condición humana que traspasa lo inhumano, encarando al hombre ante la terrible verdad: “no estamos solos”; sin embargo hay esperanzas para la raza humana ante la evidente destrucción, porque el ser humano no en balde  con un billón de muertes, a causa del rayo calórico que despiden los trípodes de los marcianos, al final, se ha ganado el premio de estar sobre la Tierra. ¿Tal vez, es eso lo que le pase al hombre en este año? ¿Tal vez sólo es un acto natural de las cosas? ¿El ser humano mata hoy  a todo lo que conoce en su planeta y mañana será asesinado? Me pregunto, al esperar el 21 de diciembre de este año, pero aún así. La  lucha por sobrevivir en un mundo que ha cambiado de pastos verdes a rojizos por la plaga marciana, un aire limpio que se ha vuelto  negruzco por el veneno marciano, nos hace asombrarnos de la capacidad de resistencia que el ser humano tiene, que si bien ante la presencia marciana no podría ser sobre la tierra, sí debajo de ella, como dice el último personaje que el narrador encuentra oculto en una vieja casona en Londres. No hace que quede la duda que el hombre, en esta novela, es la expresión de la sobrevivencia ante cualquier escenario, pero no con ese orgullo victorioso norteamericano hollywoodense  al que las nuevas generaciones estamos acostumbradas a ver por televisión, sino al que con la peor facha (la de un bicho rastrero convulsionado y con su última vida) acalora su triunfo: vivir, atar la vida como lo más preciado por medio del instinto.
La guerra de los mundos es una novela con mecha, que sólo necesita ser leída para que estalle como un rayo  calórico directo a la carne humana, a su frágil condición, pero a la más maldita, la que sobrevive bajo cualquier especie dentro, o bien, fuera del planeta. ¿Quién es la plaga? Tal vez, lo sepamos después del fin del mundo (2012).
 Wells, H. G. La guerra de los mundos. (1999) Ed. Milenium; México; D.F. 

viernes, 24 de agosto de 2012

1. Tal vez uno se apresura demasiado a lo largo de la vida. O tal vez, va demasiado lento.
2. No sé qué escribir. Antes tenía la cabeza llena de ideas, como los niños cuando descubren el mundo.
3. El mundo se me ha vuelto nada. No tengo mucho qué decir o de qué hablar.
4. Tal vez, ocupe ese silencio trabajando como una hormiga.
5. Tal vez, no nací para escribir. Ahora dudo eso.

lunes, 13 de agosto de 2012

1. Uno de los autores de los que prometo leer, y por desobediencia a mis concupiscentes mañas, no lo leo, es H. G. Wells.
2. H. G. Wells, no sólo fue un autor que catalogaron como revolucionario de la  ciencia ficción, donde marcianos dentro de gigantescos trípodes amenazaban con conquistar el mundo, sino es un autor de las primeras explosiones femeninas en búsqueda de la libertad.
3. Siempre he dicho que aquel hombre que ame (en el caso hetero) a una mujer libre, respetando y adorando su libertad, es un hombre que alcanzará más rápido la sabiduría. Por eso H. G. Wells, se convertirá rápidamente en ese autor adorado por muchas.



Una canción del recuerdo
por
Isadora Montelongo
La vida es un ejercicio memorístico que nos toca una y otra vez a lo largo de los días, como un estribillo que recorre varias veces una canción antes de llegar a su fin. La vida, no son sólo lo que nosotros vivimos, sino son aquellos recuerdos que emergen de los que amamos. Canción de Tumba de Julián Herbert, nos lleva a tocar una y otra vez aquellos recovecos de la memoria, pero no de cualquier memoria, sino de la  memoria del autor. En donde postrada en una cama de hospital aparece Maricela o Guadalupe, que para el caso, cualquier nombre que ella tenga, la mujer siempre es la misma: su madre.
En esta autoficción a través de una narrativa que toca hasta el hueso con remansos y aceleres emotivos, nos vamos involucrando con ambos personajes, con aquel hijo que escribe, mientras cuida a su madre enferma de leucemia en el Hospital Universitario de Saltillo y lleva sobre sí, el peso de resucitar con las letras aquellos años en los “puteros” de Maricela, cuando el autor apenas era un niño. Y de Maricela, la madre, quien nos va ensillando con sus viajes en lo más profundo de sus ideales socialistas, amores variados,  historias de familia y su particular forma de ser, que nos hace querer conocerla desde pequeña allá en su natal San Luis Potosí, escapándose de los azotes de su madre o nos hace querer  evocarla una y otra vez, soñando con ir a la Habana si la familia tuviera dinero para salir de México. Maricela es como esa canción que arrulla por las noches como una madre que nos canta y nos calma la fiebre en los días de enfermedad y luego despierta alegre por las mañanas comiéndose al mundo en un divertido grito.
Canción de Tumba, nos pone en ese andar del recuerdo, donde todos los malos momentos se hacen más ligeros y donde todos los buenos momentos se quieren repetir como si no se quisiera que  una canción dejara de sonar.
Canción de Tumba, debo decir, que es una canción del recuerdo, de esas que no se olvidan y se llevan, una vez leída y/o escuchadas, para siempre en la memoria.

*Herbert, Julián. (2012) Canción de Tumba. Ed. Mondadori. México; D.F.
*Novela que ganó el premio Jaén.
*El libro lo puede adquirir en todas sus librerías del país (Gandhi, Porrúa, Educal, El sótano, liverpool, Sanborns, etc) Además en línea por Amazon. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Una vez me dijeron en la mesa de un bar, después que le confesé a un amigo que  lo que había escrito, por fin, saldría en una editorial : "no escribirás siempre sobre un blog... ", dijo, reprochándome la perdida de tiempo (7 años) sobre una versión html. Testamento (http://testamento-isa.blogspot.mx/) no sólo fue escribir sobre un blog, fue más bien, escribir sobre mi cadáver.  Ese territorio que pensé que jamás dejaría y me llevaría realmente directo a la tumba. 
Testamento no sólo fue abrir a cualquier curioso todas mis derrotas, histerias, alegrías, amores, desamores ignorancias, saberes, artificios, mañas e historias, fue además una forma de batalla sobre el inconformismo de mí misma. Sobre todo de ese mundo que en unos años se volvió una ola de Tsunami que arrasó con todo y terminó  reconstruyendo "todo" en calma. (Lo que me recuerda) dicen que uno cambia cada siete años, tal vez, yo ya lo he hecho. Pero mi inconformidad ahora sólo tiene una historia, un TERRITORIO que aprendí a ser mío (escritura), donde todo ha dejado de ser:
      
para hacerse una línea infranqueable de letras para corazones puros (sí, así de cursi y qué). Así que el muerto no ha cambiado, sólo su cripta y jamás ha dejado a ningún desheredado fuera de estas tierras.
Bienvenidos a los que buscan un Territorio de inconformes, de pervertidos, de acompañantes, de amorosos, de rabiosos, de perros, de gatos, de tripas y ya, chale, se me antojaron los tacos, de lo que gusten, manden, dejen y despejen. Aquí está su blog. ¡Auu!