1. Tal vez uno se apresura demasiado a lo largo de la vida. O tal vez, va demasiado lento.
2. No sé qué escribir. Antes tenía la cabeza llena de ideas, como los niños cuando descubren el mundo.
3. El mundo se me ha vuelto nada. No tengo mucho qué decir o de qué hablar.
4. Tal vez, ocupe ese silencio trabajando como una hormiga.
5. Tal vez, no nací para escribir. Ahora dudo eso.
viernes, 24 de agosto de 2012
lunes, 13 de agosto de 2012
1. Uno de los autores de los que prometo leer, y por desobediencia a mis concupiscentes mañas, no lo leo, es H. G. Wells.
2. H. G. Wells, no sólo fue un autor que catalogaron como revolucionario de la ciencia ficción, donde marcianos dentro de gigantescos trípodes amenazaban con conquistar el mundo, sino es un autor de las primeras explosiones femeninas en búsqueda de la libertad.
3. Siempre he dicho que aquel hombre que ame (en el caso hetero) a una mujer libre, respetando y adorando su libertad, es un hombre que alcanzará más rápido la sabiduría. Por eso H. G. Wells, se convertirá rápidamente en ese autor adorado por muchas.
2. H. G. Wells, no sólo fue un autor que catalogaron como revolucionario de la ciencia ficción, donde marcianos dentro de gigantescos trípodes amenazaban con conquistar el mundo, sino es un autor de las primeras explosiones femeninas en búsqueda de la libertad.
3. Siempre he dicho que aquel hombre que ame (en el caso hetero) a una mujer libre, respetando y adorando su libertad, es un hombre que alcanzará más rápido la sabiduría. Por eso H. G. Wells, se convertirá rápidamente en ese autor adorado por muchas.
Una canción del recuerdo
por
Isadora Montelongo
La
vida es un ejercicio memorístico que nos toca una y otra vez a lo largo de los
días, como un estribillo que recorre varias veces una canción antes de llegar a
su fin. La vida, no son sólo lo que nosotros vivimos, sino son aquellos
recuerdos que emergen de los que amamos. Canción de Tumba de Julián Herbert, nos
lleva a tocar una y otra vez aquellos recovecos de la memoria, pero no de cualquier
memoria, sino de la memoria del autor.
En donde postrada en una cama de hospital aparece Maricela o Guadalupe, que
para el caso, cualquier nombre que ella tenga, la mujer siempre es la misma: su
madre.
En
esta autoficción a través de una narrativa que toca hasta el hueso con remansos
y aceleres emotivos, nos vamos involucrando con ambos personajes, con aquel
hijo que escribe, mientras cuida a su madre enferma de leucemia en el Hospital
Universitario de Saltillo y lleva sobre sí, el peso de resucitar con las letras
aquellos años en los “puteros” de Maricela, cuando el autor apenas era un niño.
Y de Maricela, la madre, quien nos va ensillando con sus viajes en lo más profundo
de sus ideales socialistas, amores variados, historias de familia y su particular forma de
ser, que nos hace querer conocerla desde pequeña allá en su natal San Luis
Potosí, escapándose de los azotes de su madre o nos hace querer evocarla una y otra vez, soñando con ir a la
Habana si la familia tuviera dinero para salir de México. Maricela es como esa
canción que arrulla por las noches como una madre que nos canta y nos calma la
fiebre en los días de enfermedad y luego despierta alegre por las mañanas
comiéndose al mundo en un divertido grito.
Canción
de Tumba, nos pone en ese andar del recuerdo, donde todos los malos momentos se
hacen más ligeros y donde todos los buenos momentos se quieren repetir como si
no se quisiera que una canción dejara de
sonar.
Canción
de Tumba, debo decir, que es una canción del recuerdo, de esas que no se
olvidan y se llevan, una vez leída y/o escuchadas, para siempre en la memoria.
*Herbert, Julián. (2012) Canción de Tumba. Ed. Mondadori. México; D.F.
*Novela que ganó el premio Jaén.
*El libro lo puede adquirir en todas sus librerías del país (Gandhi, Porrúa, Educal, El sótano, liverpool, Sanborns, etc) Además en línea por Amazon.
miércoles, 8 de agosto de 2012
Una vez me dijeron en la mesa de un bar, después que le confesé a un amigo que lo que había escrito, por fin, saldría en una editorial : "no escribirás siempre sobre un blog... ", dijo, reprochándome la perdida de tiempo (7 años) sobre una versión html. Testamento (http://testamento-isa.blogspot.mx/) no sólo fue escribir sobre un blog, fue más bien, escribir sobre mi cadáver. Ese territorio que pensé que jamás dejaría y me llevaría realmente directo a la tumba.
Testamento no sólo fue abrir a cualquier curioso todas mis derrotas, histerias, alegrías, amores, desamores ignorancias, saberes, artificios, mañas e historias, fue además una forma de batalla sobre el inconformismo de mí misma. Sobre todo de ese mundo que en unos años se volvió una ola de Tsunami que arrasó con todo y terminó reconstruyendo "todo" en calma. (Lo que me recuerda) dicen que uno cambia cada siete años, tal vez, yo ya lo he hecho. Pero mi inconformidad ahora sólo tiene una historia, un TERRITORIO que aprendí a ser mío (escritura), donde todo ha dejado de ser:
para hacerse una línea infranqueable de letras para corazones puros (sí, así de cursi y qué). Así que el muerto no ha cambiado, sólo su cripta y jamás ha dejado a ningún desheredado fuera de estas tierras.
Bienvenidos a los que buscan un Territorio de inconformes, de pervertidos, de acompañantes, de amorosos, de rabiosos, de perros, de gatos, de tripas y ya, chale, se me antojaron los tacos, de lo que gusten, manden, dejen y despejen. Aquí está su blog. ¡Auu!
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