lunes, 25 de febrero de 2013


¿Oye, chica, cómo te va en el amor?
(minificción-borrador)
Isadora Montelongo



Ella habla y habla, la lengua se le enreda y se le desenreda. Tiene 8 años con su pareja. Dice que le ha roto el corazón y ha tenido un año largo para descontinuarse así misma. Se le asoma una lágrima.  Se ha propuesto renacer a los treinta  y tantos y comenzar una nueva historia de amor. Yo sólo espero un mensaje en el app que me salve lo último de paciencia, cordura  e imaginación. Esta chica terminará derrotada antes de que termine la última palabra. Yo sólo quiero huir a casa, entrar al sillón, acomodarme una siesta mientras escucho el televisor que se desliza suavemente y reírme un poco entre el sueño  y la vigilia de que no creo en el amor. No he leído ningún libro de superación personal, inteligencia emocional o persona como ella les llama. Yo no quiero estudiar una licenciatura en psicología, dominguearme un glosario para justificarme a mí misma que la he cagado toda la vida. Yo sólo quiero salir inmediatamente de la oficina y nunca más, volver a preguntar ¿Oye, chica, cómo te va en el amor?
            

domingo, 24 de febrero de 2013

1. Mi bolso siempre tiene plumas, marcadores, una cartera y  un libro. Cuando las cosas van muy mal, meto la mano y siempre hay una respuesta o mínimo un eco que me da un poco de aliento. Sólo por eso, me gusta tener un bolso.
2. Yo no podría hablar de mi pobre Monterrey con odio, en realidad odio al mundo entero, pero supongo que es una chiflazón de una adolescencia tardía. Pero aún así, hablo tanto de ella, de esta humanidad con un solo corazón corrupto, cansado, y latente.
3. Cansancio, cansancio, cansancio que canta constante como un niño cruel a media noche. Sin dientes, ni cauce.  Cansancio, cansancio, cansancio cruce de carnes y destino. Cansancio categoría de mi propio olvido.
4. Entre un yunque y la semana pasada, me quedo con el yunque. Debo dos años, y quiero pagarlos con un sólo cheque de tiempo libre para mí.
5. No he escrito en dos semanas, me mata.

martes, 19 de febrero de 2013

1. Una vez más me levanto tardísimo. Pensar en no ir al trabajo siempre es una posibilidad latente.
2. ¿Qué caso tiene presentar tu propio libro si tienes que pedir permiso en tus dos trabajos, andar peor que un trapo, donde los tuyos no podrán ir porque trabajan a esas horas nonesenses y tú repondrás las horas en tus dos trabajos porque a ellos no les interesa si escribes, haces malabares y te mueres?
3. Estoy hasta la madre de elegir complacer a los demás. Elijo tener un trabajo para vivir mejor, Dios, me recordó a trainspoting. Yo ahorita estuviera viajando en el suelo. Pero elegí ser una mejor persona. Mierda.

jueves, 7 de febrero de 2013

1. Siempre dije que desde niña quise ser escritora. Tal vez eso no fue una verdad absoluta. Siempre inventé historias oralmente y luego escribí cuentos.
2. Leía arduamente todo lo que tuviera firma de monero o revista científica. No me apetecía nada de charquitos literarios que pudieran engrandecer mi cabeza porque luego el cabello se me vería mal. (Ya ven que el agua sin gotas o gel, esponja el cabello)
3. Me gusta dar clases. No lo puedo negar. La paso bien en el salón, me divierto. No tengo problemas con mis compañeros de trabajo, mucho menos con los niños, adolescentes.
4. En el ámbito literario, casi todos me caen mal por razones tontas: 1. No ganan bien y son gente muy arrastrada laboralmente (no todos, pero la mayoría sí vive de chelas, becas, viejas y desvelos voluntarios), 2.   Porque el talento y el ego son dos temas separados o juntos. Y soy un ente con el talento de baja escala que no le teme al ego ajeno, sino al propio.
5. Que la escritura se dé. Con disciplina, valor, amor y intersubjetividad. Que así sea.

domingo, 3 de febrero de 2013

1. Se ha propuesto buscarme. Saber de mi persona todos los días, hacerme invitaciones, estar ahí, cuando yo ya no estoy más aquí.
2. He visto la belleza acercarse, con el corazón suave y los ojos cristalinos. He visto la belleza y la siento cerca, arroparse aquí y esperar a que todo esté tranquilo.
3. Anoche fue un momento bello, uno de esos en que se rompe la barrera del desconocimiento y empieza el de la fraternidad.
4. Esta presencia terminará por revivirme para siempre. :)