domingo, 15 de diciembre de 2013

1. Usualmente evito utilizar la crítica para dañar el objeto a criticar. Sin embargo lo tocante a la parte dura de la opinión personal, a veces, me resulta hiriente.
2. Debo decir que las ideas entorno a la educación, el sistema educativo, la creación literaria y la promoción de la lectura, son temas que tengo siempre en la mente, además de muchos otros.
3. Ahora en Monterrey surgen reuniones de escritores, a la cual no he asistido a ninguna por dos razones: no me gustan al 100% y no he tenido tiempo. Siempre puedo tolerar la envoltura de lo que realmente me interesa, el pensamiento humano en la sociedad actual, no tanto la parafernalia y las personalidades literarias de la región donde vivo. La verdad de quien venga no es lo importante, sino en sí, la verdad es lo que importa aquí,
4. No encuentro con entusiasmo las redes de poder que emergen al rededor de la estrellita marinera de temporada. No encuentro alentador la brillantez del goce embellecedor de las personas y no de la narrativa en sí (narrativa porque es lo que me agrada); no obstante, a través de esa contante en la que el mexicano está acostumbrado por el cuarto poder, el comunicativo, es posible que pueda poner en duda si la narrativa puede lograr algo.
5. Claro que a nivel educativo, enseñar a educar, dista mucho de la personalidad del tiempo  y ambiente en el que vivimos. De estos tiempos que tienen cuernos en la frente y cola rápida de diablo feroz. Diablo, malo, pero lo peor que ignorante.
6. Mi desconocimiento por mi ausencia en eventos abiertos a todo tipo de público, tienen que congelarse para otro post, donde pueda apoyar mi crítica de lo que pasa en estos días.
7. Por lo pronto, espero que baje la espuma de la exaltación del individuo particular y se eleve el conocimiento al colectivo.

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